Canciones y Danzas Folclóricas Tibetanas

Los tibetanos viven en el Tíbet, una tierra hermosa y mística conocida como "el tejado del mundo". Son tan alegres y francos que les gusta llevar una vida libre y cantar y bailar como y cuanto deseen.

Los tibetanos elogian todos los aspectos de la vida y del trabajo en sus canciones. Glorifican las montañas y los ríos, ensalzan el trabajo y admiran el amor. En general, estas canciones se dividen en diez tipos según su contenido: canciones para niños, de brindis, de trabajo, pastorales, folclóricas y amorosas, etc.

La toeshe se encuentra entre las canciones y danzas folclóricas tradicionales de los tibetanos. Toe se refiere al área que cubre los tramos superiores del río Brahmaputra y la Prefectura Ali. Los tibetanos llaman a la danza en círculos en esta área toeshe. Las canciones toeshe se presentan en un tono definido, vívido y alegre, mientras que las danzas del mismo nombre se representan con movimientos cálidos y flexibles. En forma, la toeshe se compone de jiangxie y juexie. Jiangxie se presenta a través de canciones de ritmo lento y tonos melodiosos, mientras juexie se expresa principalmente mediante danzas de ritmo rápido y con movimientos vigorosos.

La toeshe va normalmente acompañada de guitarras terz y se interpreta como un claqué. Un bailarín produce sonidos con el pie usando complicadas formas de andar, tales como puntapié, repiqueteo, patadas en el suelo y salto, en una melodía variable y limpia. Esta danza se representa o bien en festivales, o bien durante el tiempo de ocio. Puede hacerse de formas variadas, sin importar si se está elegantemente vestido o no. Poco a poco, este arte se está haciendo cada vez más popular entre los artistas folclóricos y entre todos los tibetanos.

Además, la nangma es otra clase tradicional de canción y danza entre los tibetanos. Acompañada por una flauta de bambú, un dulcimer, un genka, un huqin, un chiqin y campanas tintineantes, puede representarse en una estructura cuidadosa. Normalmente, los artistas primero establecen el tono según el instrumento musical principal, y seguidamente cantan una melodía llena de lirismo y elegancia, bailando a ritmo rápido. En los últimos años, la nangma se ha hecho preponderante en Lhasa. Hoy en día a la gente le gusta disfrutar de ella en los centros de diversión, donde auténticas actuaciones se representan, o bailan ellos mismos, dándose kha-btags (pañuelos blancos) mutuamente en una atmósfera confortable.