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Ubicada 120km al Este de Xian, la Montaña Huashan tiene la forma de una flor de cinco pétalos, alcanza los 2.610 metros, de ahí su nombre, la montaña de la Flor. Originalmente, se la conocía como Xiyue, la montaña del Oeste, porque se trataba de la elevación más occidental de las cinco montañas sagradas del taoísmo. Durante siglos atrajo a ermitaños y ascetas que buscaban la inmortalidad, y sus riscos y sus grietas siguen alimentando la mitología taoísta. Sus numerosos templos han ido desapareciendo, aunque algunos se aferran todavía a la montaña.
La Montaña Huashan está compuesto de cinco picos: tres picos 
principales (Luoyan, Chaoyang y Lianhua al sur, este y oeste respectivamente) y dos secundarios (Yu’nu al centro y Yuntai al norte).
Se trata de una formación compleja y agreste, que invita a excursiones y ascensiones. En la subida hay tramos difíciles y muy empinados. Pero el paisaje espléndido evoca la imagen de tantas pinturas chinas: rocas, pendientes, árboles y vegetación increíblemente suspendidos sobre los precipicios. La panorámica es magnífica; en días despejados la vista llega hasta 100 km; y desde la cima se entiende por qué eligieron este lugar monjes y eremitas para dedicarse a la vida contemplativa.
Los objetivos más populares de los paseos son la terraza Qingke, el templo taoísta Huashan, el Pabellón del Jade y la Primavera. Los más arriesgados pueden acometer la subida por un sendero peligroso y sin parapeto que bordea la pared vertical de la montaña, que sólo puede subirse agarrándose a una cadena. Hay posibilidad de alojamiento espartano en la cima.
El pico Norte, el más bajo pico de los cinco, es el punto de inicio. Hay tres recorridos diferentes para subir hasta el pico Norte. Dos de estas rutas empiezan en la base este de la montaña, donde llega el teleférico. Quienes no se sientan con fuerzas pueden tomar un teleférico de construcción austríaca que llega en diez minutos (ida/ida y vuelta 60/110 CNY).
La segunda opción es dirigirse al pico Norte por la ruta que pasa 
por debajo del teleférico. Se tardan unas dos horas de duro esfuerzo; hay que tener en cuenta que hay dos secciones de unos 50 m que son prácticamente verticales, y no hay más que una cadena de acero para agarrarse y unas minúsculas incisiones en la roca para apoyar los pies.
La tercera ruta es la más popular y la que deja recuerdos más intensos, tanto desde el punto de vista físico como psicológico. Un sendero de 6 km lleva hasta el pico Norte desde el pueblo de Huashan, al pie de la montaña. Se necesitan entre tres y cinco horas para llegar a la cumbre, y aproximadamente una hora más para subir a cualquiera de las otras. Los primeros 4 km son bastante fáciles, pero el resto son escarpadas escaleras, y desde el pico Norte hasta las otras cumbres también es bastante agotador. Hay varios tramos muy estrechos y casi verticales que pueden resultar peligrosos cuando a ruta está muy concurrida, especialmente en situaciones de lluvia o hielo.
Sin embargo, el paisaje es magnífico; por la cresta del Dragón 
Verde (Canglong Feng), que conecta el pico Norte con el pico Este (Dong Feng), el pico Sur (Nan Feng) y el pico Oeste (Xi Feng), el camino sigue una estrecha cresta de roca flanqueada por impresionantes y escarpados despeñaderos.
El pico Sur es el más alto, con 2.160 m, pero las tres cumbres de detrás ofrecen estupendas vistas cuando el tiempo es favorable.
Se puede conseguir alojamiento en la montaña. Muchas opciones son bastante sencillas y, sin embargo, caras; pero permiten empezar por la tarde, pasar allí la noche y ver la salida del sol desde el pico Este o el Sur. Muchos viajeros efectúan la ascensión por la noche, provistos de linternas, y con la ayuda de numerosos puestos de té y refrescos. Lo ideal es empezar a las 23.00 o a medianoche, con lo que se debería llegar al pico Este hacia la salida del sol.