Templo Zhongyue

El Templo Zhongyue , a 4 km al este de Dengfeng, en la ruta del Templo Zhongyueautobús 68, es un enorme templo taoísta fundado en el año 220 a.C. Es comprensible que siendo tan antiguo haya tenido que ser reconstruido en varias ocasiones: fue ampliado por el emperador de la dinastía Han, Wu Di, reformado durante la época Ming y reconstruido otra vez en 1986, cuando se repararon los desperfectos causados por las bombas japonesas. Es posible que el viajero se lleve una falsa impresión, al principio, al ver los tigres disecados y el parque de atracciones de la entrada. Por dentro, el templo es un lugar hermoso, con espacios abiertos y varios edificios de notable factura. Aunque algunos rincones están un poco descuidados, éste es un monasterio taoísta en funcionamiento, cuyo personal está compuesto por unos amistosos monjes taoístas que viven y oran en la parte de atrás del complejo, en unos edificios que parecen graneros; visten unas características togas azules y llevan el pelo largo, recogido en coletas que salen por el agujero de unos sombreros también azules.

Una serie de puertas, patios y pabellones conducen a la Sala Principal, donde el emperador ofrecía sacrificios a la montaña. La puerta Junji, justo antes de la sala, tiene dos grandes centinelas, de unos 4 m de altura, pintados con colores brillantes y blandiendo sus armas. El patio alberga unos cipreses que alcanzan la edad del templo, y cuatro estatuas de hierro que datan de la época Song. La Sala Principal tiene 45 compartimentos separados, de paredes rojas y azulejos naranjas, y un relieve muy bien conservado de dragones en las escaleras de la terraza. El palacio del Aposento, detrás, es curioso porque tiene una especie de capilla donde se ve a una deidad tendida en una cama. Otras deidades, cuya piel azul, el pelo puntiagudo rojo y Templo Zhongyuelas cejas hasta las rodillas nos parecen a los occidentales punks o superhéroes, aparecen por todo el recinto. Los fieles de hoy en día tienden a gravitar hacia el final del complejo donde queman lo que parece ser pequeños sombreros de papel en unos quemadores de hierro, o donde practican qi gong, ejercicios que se centran en el control de la respiración.

Si va directamente a la parte de atrás del complejo, pasadas las residencias de los monjes, se dirigirá a la salida posterior del templo, donde le cobrarán 2 yuanes por el privilegio de subir 200 m por unas escaleras que llevan a una pagoda en una colina cercana. Desde aquí salen unos senderos que van a dar a los bosques de pinos de la montaña, una posibilidad para una excursión de una tarde, y una de las pocas oportunidades de estar solo un rato; la única persona que el viajero se puede encontrar aquí es algún pastor.