A pesar del agotador viaje de cuatro horas desde la llamada Ruta de la Amistad la carretera que comunica Lhasa con la frontera nepalí en Zhangmu, el accidentado paisaje lunar que se atraviesa de camino al Everest guarda un gran encanto. Rongbuk, a 4.980 metros, es el monasterio a mayor altitud del mundo y un buen lugar para hacer un alto en el camino. Aunque conserva bonitos murales, impresiona sobre todo por su fabuloso emplazamiento, ante la imponente cara norte del Everest en el valle del Rongbuk. Fue fundado en 1902 en un lugar al que durante siglos se habían retirado algunas monjas a meditar y hoy aloja a unos 30 monjes.
El campamento base del Everest queda 8 kilómetros al sur. El viaje a través de la helada llanura se cubre en 15 minutos en coche o en 2 horas a pie. El campamento no es más que un montón de tiendas, con un salón de té temporal y una oficina de correos, pero las vistas del Everest, de 8.848 metros, la montaña más alta del mundo, son inolvidables.
La zona de Rongbuk y del Everest se ha declarado reserva natural. Ocupa un área de 34.000 knv y linda con tres parques nacionales de Nepal. En el espectacular mirador del puerto Pangla, de camino a Rongbuk, un panel informativo ayuda a identificar los picos de más de 8.000 metros: Cho Oyu, Lhotse, Makalu y el Everest, conocido como Chomolungma en tibetano.
El aire enrarecido que se respira a esta altitud (5.150 metros) hace imposible la práctica de actividades intensas.
Si no se está debidamente aclimatado, lo mejor es regresar a la Ruta de la Amistad y continuar hasta la ciudad de Shekhar para pasar la noche.