Catolicismo en China

Historia de Desarrollo de Catolicismo

En 1294, el misionero franciscano Juan de Monte Corvino (1247-1328) llegó a la capital de la dinastía Yuan y recibió permiso del gobierno para establecer catedrales católicas, lo que marcó la introducción del catolicismo en China. Sin embargo, con la caída de la dinastía Yuan, el catolicismo se marchitó en el país.

En el siglo XVI, con la expansión del colonialismo occidental, el catolicismo entró de nuevo en China. Durante este período, Matteo Ricci (1552-1610), un misionero jesuita italiano, sentó las bases para el catolicismo en China.

Hablando de Matteo Ricci, muchos chinos lo ven como una figura importante en la comunicación cultural entre Oriente y Occidente, en lugar de un misionero católico. Su enorme éxito en China se debe a su flexibilidad de adaptación a la cultura china.

Antes de poner un pie en la parte continental de China, Matteo Ricci primero aprendió chino en Macao. En 1583, llegó a Guangdong, donde hizo amistad con mandarines chinos y hombres de letras, e incluso su vida diaria fue chinizada. En una ocasión se peló al rape, se vistió el hábito monacal, y se llamó a sí mismo monje "occidental"; a continuación, se quitó la sotana, dejó crecer su barba y el pelo, y llevaba la ropa de Confucio. Este cambio resultó de su descubrimiento de que el confucianismo dominaba realmente China. Así, comenzó a estudiar las enseñanzas de Confucio, e incluso tradujo clásicos confucianos, tratando de conciliar el confucianismo con el catolicismo.

No importa cómo la gente evaluó y apreció el trabajo que había hecho Matteo Ricci para el intercambio cultural entre Este y Oeste, en realidad, lo que hizo era la difusión del catolicismo en China.

En 1601, Matteo Ricci llegó a Beijng, y fue recibido por el entonces emperador. Su amplio conocimiento se ganó el respeto y el aprecio del emperador chino. Recibió el permiso del emperador para hacer la obra misionera, y se le concedió un cargo oficial, haciendo de él un funcionario de la dinastía Ming. A partir de entonces, el catolicismo se estableció en China.

En 1610 cuando falleció Matteo Ricci en China, había más de 2.000 cristianos bautizados en el país.

En 1637, China tenía más de 40.000 católicos. El Vaticano decidió impulsar un vicario apostólico en China, confiando a misioneros de España, Francia e Italia los distritos misioneros de China. Tres imperios coloniales lucharon ferozmente por la influencia misionera en China.

Homenajes a Confucio y a los antepasados son las tradiciones chinas con una larga historia. Matteo Ricci abogó por adaptarse a esta práctica de China. Sin embargo, después de la entrada en China de organizaciones misioneras españolas y francesas, comenzó el acalorado debate sobre si se debía tolerar esta práctica. En la historia del catolicismo se conoció como "la Controversia de los Ritos Chinos". Después del debate entre dos opiniones, el Vaticano prohibió a los católicos chinos practicar los ritos chinos tradicionales y mandó a enviados especiales para aplicar su Decreto.

Este procedimiento hizo a la Iglesia Católica perder el apoyo de muchos intelectuales en China, y amplió la brecha entre la cultura de la élite china y el catolicismo en particular. Debido a la actitud negativa del Vaticano hacia los ritos chinos, el emperador Kangxi (reinó 1662-1722) de la dinastía Qing prohibió el catolicismo en China por más de 100 años.

Catolicismo en China
Inglesia católica de Wangfujing, en Beijing

Cuando la Guerra del Opio estalló en 1840, las potencias occidentales utilizaron buques de guerra para abrir las puertas de China. Poco después, el gobierno chino se vio obligado a firmar una serie de tratados desiguales y derogar la prohibición contra el catolicismo. El Tratado chino-francés de Beijing en 1860 estipulaba que el gobierno Qing debía devolver y compensar las propiedades católicas antes incautadas. Un misionero francés que servía como traductor añadió sin permiso en el proceso de la traducción un artículo en el tratado, artículo que disponía que "a los misioneros franceses se les permitía alquilar o comprar tierras y construir bienes raíces que desearan." El Tratado indicaba que Francia había ganado un privilegio político que le dio una protección integral para el catolicismo. Mientras tanto, después de más de 10 años de negociaciones diplomáticas, el Vaticano y el gobierno de Portugal llegaron finalmente a un acuerdo para transformar en terrenos de misión francesa los terrenos misioneros de Beijing y Nanjing que una vez pertenecieron al patrocinio de Portugal. Después de la década de los 80s del siglo XIX, Alemania e Italia, a través de la presión militar, también obtuvieron del gobierno chino el mismo privilegio.

Durante este período, valiéndose de las fuerzas coloniales, los misioneros católicos adquirieron privilegios políticos de que gozaban los duques de iglesias medievales, privilegios que habían sido abolidos muchos años atrás en Europa Occidental. En 1899, el gobierno Qing se vio obligado a emitir las "Reglas para la Acogida de los Misioneros por los Funcionarios Locales", admitiendo oficialmente que los obispos católicos gozaban de una posición política equivalente a la de un gobernador general y un inspector general; el Secretario General de la Iglesia fue igual a la situación de Sido, mientras que los misioneros eran el equivalente de los funcionarios prefecturales o distritales.

Durante el mismo período, surgieron conflictos entre el catolicismo y la sociedad china. Las razones principales fueron que algunos misioneros habían comprado o habían tomado posesión de la tierra por la fuerza; o que se consideraban ganadores y habían intervenido en los asuntos y litigios de gobiernos locales. En estas circunstancias, estalló a gran escala el Movimiento Yihetuan, que más tarde se extendió por las provincias del norte de China. El Movimiento Yihetuan era un movimiento anti-imperialista y patriótico con los campesinos chinos como fuerza principal, y era también un brote incontenible de todos los conflictos entre el catolicismo, el protestantismo y el pueblo chino durante el último medio siglo.

Este movimiento hizo la Iglesia Católica consciente de sus propios problemas. El Vaticano comenzó a prohibir a misioneros intervenir en los litigios de los católicos chinos y a las catedrales intervenir en las actividades políticas y diplomáticas; mientras tanto, el Vaticano comenzó a aumentar su influencia social mediante el establecimiento de escuelas, la práctica de la medicina y la participación en organizaciones benéficas. A partir de entonces, el catolicismo creció con una mayor rapidez en China.

En 1949, había 3,18 millones de católicos en China.

Sin embargo, el Vaticano se negó a aceptar la recién fundada República Popular China. Algunos de la Iglesia Católica tomaron una posición anti-comunista y prohibieron a los seguidores unirse a cualquier organización dirigida por el Gobierno chino, e incluso en condición de sacerdotes, algunos recogieron informaciones sobre China.

Catolicismo en China
Ceremonia de consagración para seminarios en la Academia Católica de Teología y Filosofía de China.

En tales circunstancias, en noviembre de 1950, el sacerdote Wang Liangzuo del distrito de Guangyuan, provincia de Sichuan, junto con más de 500 católicos emitieron una declaración, llamando a establecer una Iglesia Católica de "autonomía, autosostenimiento y auto-propagación". Este llamamiento fue respondido favorablemente por los católicos, y poco después, los católicos en otros lugares hicieron declaraciones similares. En 1957, se estableció la Asociación Católica Patriótica de China.

La resolución aprobada por el primer Congreso Católico declaró la disposición de "mantener una relación puramente religiosa con la Ciudad del Vaticano bajo la premisa de no violar los intereses y la dignidad independiente del país; de obedecer las enseñanzas del Papa que eran acreditables y prácticas, y de cortar los vínculos políticos y económicos con la Ciudad del Vaticano."

Alrededor de 1949, muchos misioneros salieron por su propia voluntad del continente de China, y algunos fueron deportados por actividades antichinas. Había sólo unos 20 obispos en 137 parroquias de todo el país, lo que en gran medida obstaculizaba el desarrollo de las actividades católicas en China. En marzo de 1958, las parroquias Hankou y Wuchang en Hubei eligieron a Dong Guangqing (1917-2007) y Yuan Wenhua (1905-1973) como candidatos al obispo, respectivamente, y pidieron por telegrama la aprobación del Vaticano para la fecha de consagración. Sin embargo, el Vaticano envió un telegrama de respuesta, diciendo que los obispos elegidos por ellos mismos no eran válidos; movido por cualquier rito o status, si un obispo consagra un "obispo", sin el nombramiento o la aprobación de la Santa Sede, y consagrados y consagrantes serán sometidos a la "super-excomunión".

La Iglesia Católica china se encontraba en un dilema: La prohibición del Vaticano por un lado, y las necesidades de los católicos chinos por una vida religiosa normal por el otro. No tenía más remedio que elegir y consagrar obispos por ellos mismos. Este método se determinó entonces y ha continuado hasta nuestros días.
 

Catolicismo en China Moderna

Aunque la Iglesia Católica de China se atiene a los principios de la independencia y la autogestión, no significa que rechaza todo contacto y comunicación con las iglesias católicas del mundo. De hecho, desde la fundación de la República Popular China, especialmente desde la reforma y apertura, el Colegio de Obispos Católicos Chinos y las Parroquias en todo el país han recibido gran número de clérigos católicos del mundo, entre los cuales muchos son conocidos líderes religiosos. A cambio, la Iglesia Católica china también ha recibido invitaciones para visitar las iglesias católicas del mundo, y asistir a eventos como la Conferencia Mundial sobre la Religión y la Paz.

En la actualidad, el número de católicos en China ha aumentado de más de tres millones en la etapa inicial de la fundación de la República Popular China a más de 5 millones. La Academia Católica de Teología y Filosofía de China, establecida en 1983, es un seminario católico nacional bajo la administración directa del Colegio de Obispos Católicos Chinos, con un sistema escolar de seis años, sirviendo como la más alta institución del catolicismo en China y el centro de la investigación teológica.