Regiones Naturales y Asentamientos de Población en China

La distribución de la población en el territorio nacional no está equilibrada. Trazando una diagonal imaginaria de Machuria a Yunnan, el territorio que queda al sureste comprende apenas el 36 por ciento del total pero contiene el 96 por ciento de la población. La única región densamente poblada al noroeste de esa diagonal es Sichuan (unos 100 millones de habitantes). Otro dato estadístico confirma que el 75 por ciento de la población se concentra en el 15 por ciento del territorio. Las zonas más densamente pobladas son las grandes ciudades, las zonas costeras y las llanuras centrales.

Las cadenas montañosas que delimitan las llanuras permiten subdividir China en seis regiones naturales.

El Tíbet, que se encuentra a 5.000 m de altitud y ocupa la cuarta parte del territorio nacional, compuesto por cordilleras, llanuras y cuencas rodeadas de las cadenas de Karakorum y Kunlun y las estepas de de Qinghai; aquí nacen los grandes ríos que sirvieron de base a las antiguas civilizaciones asiáticas: Huang He (Río Amarillo), Yangtze, Mekong, Indo, Ganges y Brahmaputra.

El Xinjiang al noroeste, que ocupa la sexta parte del territorio nacional, con las altas montañas de Tian Shan que separan las estepas desérticas del desierto de Taklamakan.

China septentrional, con las estepas de Mongolia y la gran zona del curso medio del Huang He (Río Amarillo) a partir de las regiones montuosas de Gansu, las mesetas de Shaanxi y Shanxi y la llanura densamente poblada. Los depósitos aluviales del Huang cubren todas estas regiones (unos 6000 km2) y constituyen un terreno muy fértil de limo amarillento (loess) que llega a alcanzar 150 m de espesor. China nororiental, antes llamada Manchuria, con llanuras, colinas y relieves montañosos de escasa altitud, abierta al Mar Amarillo.

China meridional, con el fértil valle del Yangtze en el centro y un paisaje de llanuras aluviales donde se concentra la mayoría de la población, al contrario que en las zonas montañosas poco pobladas; al oeste de la región el paisaje presenta curiosas formaciones montañosas en forma de pan de azúcar, debidas a la erosión cárstica.

China suroccidental, con la fértil llanura del Chengdu y sus típicas colinas con bancales para el cultivo agrícola. Los rasgos de cada una de estas regiones son determinantes en el asentamiento y las migraciones de la población. Por ejemplo, el Tíbet, con sus inhóspitos macizos y glaciares, está prácticamente deshabitado, y la escasa población es mayoritariamente nómada, salvo unos cuantos núcleos urbanos. En cambio, las llanuras fluviales están densamente pobladas, pueblos y ciudades forman parte de un paisaje donde la agricultura florece. La estepa mongol, con sus extensiones áridas y desérticas, ha favorecido el nomadeo, igual que el Xinjiang, donde apenas llueve y el modo de vida es básicamente pastoril. Por el contrario, la llanura manchú es herbosa y fértil, lo que ha favorecido el desarrollo agrícola y la sedentarización de la población.

Esta configuración topográfica ha influido en las migraciones humanas. Está demostrado que todos los flujos migratorios de animales, homínidos y seres humanos prehistóricos siguieron rutas fácilmente identificables en el mapa físico de China, pues bordearon montañas, atravesaron valles y cruzaron puertos y pasos naturales evitando obstáculos casi infranqueables como los macizos glaciares y las zonas áridas. En época histórica, salvo la Larga Marcha (ver más adelante), todas las migraciones humanas tanto voluntarias como forzosas (a causa de la guerra o las hambrunas) han seguido las rutas naturales.