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Aunque considerada con frecuencia una rama de la pintura, 
la caligrafía china es una forma artística que goza de gran prestigio. Caligrafía significa literalmente «escritura bella», y el uso del pincel provocó el desarrollo de varios estilos de escritura, que cristalizaron en una forma de arte elevado, con una valoración similar a la de la pintura.
Los chinos siempre han dado una gran importancia a la escritura y no sólo porque es el medio más eficaz de preservar y difundir la cultura, sino también porque es un claro signo de la inteligencia o el nivel social de una persona. Los caracteres chinos de la palabra «caligrafía» (shufa) derivan del carácter de «libro» (shu). De ahí que el dominio de la caligrafía vaya siempre ligado al conocimiento, e históricamente haya sido un requisito imprescindible para optar al puesto de funcionario imperial y con frecuencia formaba parte de las pruebas de oposiciones para la corte.
El uso de pinceles para escribir se remonta a la dinastía Shang (siglos xvi-Xl a.C). Durante la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.) aparecieron los grandes maestros de la caligrafía y entonces se pensaba que el carácter y la personal idad del artista quedaban reflejados en su pincelada y sus formas. La importancia de la caligrafía y su influencia en la pintura china fueron tan importantes que en la dinastía Yuan (1279-1368) las inscripciones caligráficas -a menudo en forma de poemas - fueron incorporadas como parte del conjunto pictórico.
En la historia de la caligrafía china existen cuatro estilos básicos de escritura.
El primero, el arcaico xiao chuan (escritura en pequeños sellos), establecido durante la dinastía Qin (221-206 a.C), es meticuloso y laborioso. La escritura de sello es la forma arcaica hallada en los huesos de los oráculos.
El kai shu es una combinación del formal li shu y el expresivo cao shu, y constituye la base de la caligrafía estándar actual.
Cao shu («hierba», o estilo en cursiva), en el que los trazos se unen con frecuencia en un continuo fluir, se desarrolló como una alternativa rápida y sencilla a la escritura más formal. Más que ningún otro, este estilo extravagante es una forma de expresión individual.
El estilo cuadrado li shu, con sus trazos claros, se impuso durante la dinastía Han y era el utilizado en los textos oficiales. Muchas de las inscripciones en estelas de los antiguos clásicos chinos están hechas con este estilo.
Emperadores, poetas y eruditos han dejado a lo largo de los siglos ejemplos de su caligrafía, tallada en piedra en bellos lugares, en montañas y grutas, tumbas y templos de toda China. Se pueden observar algunos ejemplos tempranos en las Grutas de Longmen. Durante el apogeo de la dinastía Tang, la caligrafía estaba tan considerada que era uno de los criterios en la selección de funcionarios importantes.
A Wang Xizhi, genial calígrafo del siglo IV, se le atribuye el mérito de haber establecido los prototipos caligráficos ideales, en un momento en que la caligrafía se consideraba una de las Bellas Artes.
La caligrafía sigue siendo muy apreciada y es practicada tanto por las amas de casa como por los políticos. Incluso los viejos maestros afirmarán que sólo son estudiosos de este bello arte.
Las herramientas de un calígrafo, como las de un pintor, 
se reducen a cuatro utensilios básicos que son conocidos como los «cuatro tesoros del estudio». Éstos son el pincel, la tinta, la piedra tintero y el papel.
El pincel tiene un mango de madera o bambú con cerdas de pelo de animales como la cabra o el ciervo. Las cerdas forman una punta fina. La tinta negra se obtiene de una mezcla de hollín de pino o aceite y goma, que se seca formando barras de tinta. Mezclar la tinta con la cantidad precisa de agua sobre una piedra no porosa como tintero es muy importante, ya que la consistencia de la pintura puede afectar la armonía y el equilibrio del conjunto.
Aunque los artistas chinos ya pintaban y escribían sobre seda en el año 400 a.C, el uso del papel para estos fines es muy posterior, alrededor del año 300 d.C.
La excelencia estética de una pieza de caligrafía se determina por la pincelada, que por otro lado se juzga considerando varias cualidades abstractas, entre las que se incluyen el equilibrio, la vitalidad, la fuerza y la textura. Mucho más que simple tinta sobre papel, los buenos caracteres de caligrafía deben parecer vivos, orgánicos. Las pinceladas deben aplicarse con habilidad, delicadeza, firmeza v rapidez.
Por supuesto, ningún trabajo artístico - y esto incluye a la caligrafía - estará completo sin el sello de artista.