Cine en China

El cine llegó pronto a China. El primer filme se exhibió en 1896 en un «espectáculo de variedades de una casa de té» en Shanghai, donde también se construiría el primer cinematógrafo del país 12 años después. En la década de 1930, el cine moderno, tal y como lo conocemos en la actualidad, ya desempeñaba un importante papel en la vida cultural de Shanghai, aunque el vasto número de residentes extranjeros ocasionaba que gran parte de la programación constase de filmes occidentales. No obstante, pronto empezaron a realizarse filmes chinos, sobre todo gracias a los llamados intelectuales del «Cuatro de Mayo» (liberales de clase media, inspirados por la revuelta del 4 de mayo de 1919), que deseaban convertir a China en un país moderno siguiendo el modelo occidental. Claro está, las influencias estilísticas occidentales de dichos filmes eran muchas y variadas, y los primeros filmes chinos tenían poco que ver con el mundo estilizado y formal de las artes interpretativas tradicionales, como la ópera de Beijing o las sombras chinescas. A pesar de ello, las primeras proyecciones de estos filmes solían utilizar el tradicional estilo del «contador de cuentos», con un narrador que se sentaba cerca de la pantalla, leyendo los títulos según iban apareciendo, para beneficio de quienes no sabían leer.
 

1920-1940: los Estudios de Shanghai

De los diversos estudios cinematográficos que abrieron sus puertas Actores de Cine en Shanghai en 1930, Cine en Chinaen Shanghai en las décadas de 1920 y 1930, tal vez los más famosos fueran los Mingxing, cuyos filmes solían ser de naturaleza izquierdista y antiimperialista, bastante reñidos con el tono general de Hollywood. El filme Hermana Flor (1933) cuenta la historia de dos hermanas gemelas separadas al nacer, una de ellas acaba siendo una chica de ciudad que vive en Shanghai, mientras que la otra es una campesina pobre. Durante el tiempo que tardan en reunirse las hermanas, el filme contrasta con detalle las vidas de los habitantes de las ciudades y los campesinos. Otro filme del mismo año. Gusano de seda primaveral, una adaptación de un relato corto escrito por el conocido autor contemporáneo Mao Dun, refleja el declive económico y las penalidades de la provincia de Zhejiang, en los alrededores de Shanghai, e implícitamente, señala como culpable al imperialismo japonés. Finalmente, La diosa (1934), de los estudios Lianhua, muestra la lucha de una prostituta para poder educar a su hijo, contra todos los prejuicios de la época. La glamurosa e improbable prostituta del filme fue interpretada por la mujer que suele ser conocida como la Garbo china, la lánguida Rúan Lingyu.

Tras la ocupación japonesa de Shanghai y de otras zonas de China en 1937, estudios «subversivos» como los Mingxing y Lianhua fueron inmediatamente cerrados, aunque parte del talento cinematográfico se las apañó para huir hacia el interior, donde continuaron los trabajos. La experiencia de la guerra puso, indudablemente, a los directores de cine en contacto con la realidad de su potencialmente futura audiencia: las masas chinas. La gran epopeya china de los tiempos de la guerra, El río de la primavera fluye hacia el este (19471948) fue el resultado cinematográfico de esta experiencia. La historia abarca todo el desarrollo de la guerra antijaponesa —y de la posterior guerra civil—, a través de las vidas de una sola familia, cuyos miembros se ven separados y desgarrados por el conflicto. La heroína, que vive en completa pobreza, contrasta con su esposo, que la abandonó hace tiempo para ir a abrazar una decadente existencia urbana en Shanghai. Traumatizados por una década de guerra, los chinos que vieron ese filme apreciaron su verídica escenificación de los sufrimientos por los que pasó toda la nación. El filme consiguió atraer a 750.000 espectadores, una cifra notable, dado que el país se hallaba todavía en guerra.
 

1940-1970

A partir de 1949 el realismo socialista impidió la realización de películas no políticas.

Durante la Revolución Cultural, la industria del cine se paralizó tres años. Muchas personas del cine fueron perseguidas, instigadas por una actriz principiante (quizás con importantes conexiones en lo más alto) desde los años treinta; únicamente se permitieron unas pocas «óperas modelo» socialistas, a principios de los setenta, y de alguna manera bajo su dirección.

 

La Década de 1980 y 1990

La linterna roja por Zhang Yimou

En 1984 la industria cinematográfica china captó súbitamente la atención internacional por primera vez gracias a la llegada de la denominada «quinta generación» de realizadores chinos. Fue el año en que el director Chen Kaige y su operador de cámara, Zhang Yimou produjeron el magnífico filme Tierra amarilla. El argumento de Tierra amarilla no era importante; el interés radicaba en las imágenes y los colores. Predominaban las tomas fijas, que recuerdan las pinturas enrolladas chinas, con paisajes gigantes enmarcados por colinas y el distante río Amarillo.

Zhang Yimou, el protegido de Chen Kaige, superó al que fuese su jefe, con su primera película, Sorgo rojo en 1987, localizada en una remota aldea productora de vino en el norte de China, en la época de la invasión japonesa. Esta película no sólo era preciosa y patriótica, sino que presentó al mundo a Gong Li, la actriz que se convertiría en la primera estrella de China internacionalmente idolatrada. El que Gong Li y Zhang Yimou se convirtiesen rápidamente en amantes no hizo sino añadir interés general sobre su trabajo, tanto en China como en el extranjero. Han trabajado juntos en toda una serie de éxitos, incluyendo Judou; Qiuju, una mujer china; La linterna roja; La joya de Shanghai y Vivir. Ninguno de esos filmes podría ser descrito como artístico en el mismo sentido que Tierra amarilla, y la potente mezcla de la sensualidad de Gong Li con las exóticas y misteriosas localizaciones de la China de la década de 1930, estaba claramente dirigida a las audiencias occidentales más que a las chinas. A los chinos les gusta señalar que los vestidos entallados chinos que normalmente viste Gong Li en sus películas no corresponden a los del período histórico que intentan representar.

El magnífico filme de Chen Kaige Adiós a mi concubina (1994) es un panegírico de la historia moderna de China, y aunque el protagonista principal —un cantante homosexual de ópera china— no es ni mucho menos típico de la China moderna, las lágrimas que provoca el filme también incluyen a todo el país. La película más reciente de Zhang, Ni uno menos (1998), recrea la historia real de un maestro de pueblo que viaja a la ciudad para localizar a un alumno que ha huido. Todos los personajes están interpretados por los protagonistas reales, haciendo gala de magníficas actuaciones.
 

Cine de Hong Kong

Los filmes en Hong Kong, es el tercer mayor productor de películasJackie Chandel mundo, tras India y Estados Unidos. Para cubrir las necesidades domésticas, el cine de Hong Kong se basó en comedias de acción de alta velocidad, que pudieran llegar a interesar en el resto del mundo, hasta la aparición de John Woo en 1985, con su filme Un mañana mejor, protagonizado por el varonil Chow Yun Fat, junto con su contrapartida natural, el afeminado Leslie Cheung. Woo aportaba al género nuevos movimientos de cámara, y empezó a especializarse en asombrosos efectos especiales a base de explosiones y escenas de una violencia enajenada. Hard Boiledy Bullet in the Head son sus obras maestras, de una brutalidad avasalladora. Sus trabajos, y los del temerario especialista Jackie Chan, se dicen que inspiraron los filmes de Quentin Tarantino.

La gama de cine de Hong Kong se extiende desde actores como Leslie Cheung (Adiós a mi concubina) hasta estrellas de acción como Jackie Chan (ahora un nombre familiar en el mundo). Además de películas de acción y artes marciales al estilo de Tsui Hark, hay también producciones independientes, como El expreso de Chungking, de Wong Karwai, que describe la vida en las ciudades asiáticas. La creciente importancia del cine chino se refleja también en la colaboración de Hollywood con el director John Woo (Flecha rota, Face/Off) y Ang Lee (Sentido y sensibilidad, Tormenta de hielo). Ambos directores están ahora atrincherados en Hollywood, al igual que Jackie Chan.