Murallas de Nanjing

Con una historia de cerca de 600 años, las murallas de la ciudad de Nanjing es uno de los más bien conservados sitios históricos y culturales bajo la protección de país.Nanjing fue amurallada hace 2.500 años, y las huellas del muro de piedra roja todavía pueden verse en la Ciudad de Piedra en el oeste de la ciudad. Sin embargo, la actual muralla es, en esencia, obra del primer emperador Ming, que extendió y reforzó los primeros muros entre 1369 y 1373. Construida de ladrillo y con más de 32 km de longitud, su muralla siguió los contornos del terreno, limitando con Lago Xuanwu en el norte, Montaña Xijin Shan en el este, y siguiendo el río Qinhuai (que doblaba como foso) al oeste y al sur.

La muralla fue pagada sobre todo por nuevas familias ricas establecidas aquí por el emperador: una tercera parte de la construcción fue «donada» por un solo nativo de Wuaxiang, en la provincia de Zhejiang. Su construcción supuso la mano de obra de 200.000 conscriptos. Fueron colocados juntos, con una media altura de entre 8 y 10 m y un grosor de 7 m, con una mezcla de cal y pasta de arroz glutinoso. En sus férreos bastiones almenados de 14,1 m de altura están situadas las trece puertas que permiten el acceso a la ciudad; los ladrillos originales procedían de diferentes provincias del imperio y en todos ellos está grabado el lugar de procedencia y los nombres del constructor y del capataz, y en algunas ocasiones también la fecha, lo que permite distinguir las zonas restauradas. Todas las puertas estaban fortificadas; desde la Zhonghua Men, situada en la zona sur, se aprecia la mejor vista de la muralla.

Siguiendo la línea exterior de la muralla, por el lado oriental hay una pequeña carretera asfaltada que se interna en un bosque entre lagos; es un agradable paseo que conduce a la puerta oeste (Zhongshan Men), caracterizada por sus tres arcos e íntegramente restaurada. A la parte superior de la muralla se accede desde el exterior por una empinada escalera; es agradable recorrer el viejo camino de piedras cubiertas de musgo y contemplar desde lo alto la bella vista del foso.