Historia de Tianjin

Las vicisitudes de la ciudad están, y han estado, unidas a las de Beijing. Cuando los mongoles declararon Beijing capital en el siglo XIII, Tianjin adquirió importancia como punto de almacenaje de trigo. A la espera de que Kublai Kan remodelara el Gran ("anal, el grano se transportaba en barco por el Río Yangtze, hasta mar abierto, pasando por Tianjin, y luego a Beijing. Cuando el Gran Canal era totalmente navegable hasta la capital, Tianjin quedaba en la intersección de las rutas navegables Interiores y marítimas. En el siglo XV, la ciudad era una guarnición amurallada.

Para las naciones occidentales con salida al mar, Tianjin era un núcleo comercial demasiado bueno como para ignorarlo. En 1856, soldados chinos abordaron el Arrow, un barco de bandera británica, con el pretexto de buscar piratas, lista fue la excusa que necesitaban británicos y franceses. Sus barcos con cañones atacaron los fuertes que había a las afueras de Tianjin, forzando así a los chinos a firmar el Tratado de Tianjin (1858), que abrió el puerto al comercio exterior y legalizó también la venta de opio.

Ingleses y franceses se instalaron y, entre 1895 y 1900, se unieron a ellos japoneses, alemanes, austrohúngaros, italianos y belgas. Cada concesión era un mundo independiente, con su propia prisión, escuela, cuartel y hospital, y ocupaba un área mayor que la antigua ciudad amurallada china.

Así vivieron, sin ser perturbados, hasta 1870. Treinta años después, durante la rebelión de los bóxers, las potencias extranjeras arrasaron las murallas de la vieja ciudad china.

Mientras tanto, la presencia europea estimuló el comercio y la industria, como la producción de sal, textiles y cristal. El denso cieno del Haihe llevó a construir un nuevo puerto 50 km río abajo, en Tanggu.

Desde 1949, Tianjin ha sido un centro de importante industrialización y produce una amplia variedad de bienes de consumo. Los productos con marca de Tianjin, como las bicicletas Flying Pigeon y los relojes de pulsera Seagull, son conocidos en China por su buena calidad.