Arquitectura Confuciana China

Templo de Confucio

Más de 2.000 años atrás, el gran pensador y educador Kong Qiu (Confucio) integró las escuelas de pensamiento y literatura de los reinos de Lu, Zhou, Song y Qi, y compiló los Cinco Clásicos y el Libro de Ritos. Confucio defendió la idea de gobernar el país con base en ritos y etiqueta, y desarrolló concienzudamente un sistema ritual, para fundar después la academia de aprendizaje confuciano.

A lo largo de un periodo de 2.000 años, el confucianismo se fue convirtiendo gradualmente en una cultura ortodoxa en China, y tuvo un profundo impacto sobre los países del este y sureste de Asia, llegando a constituirse en una de las bases de la cultura oriental. Con el fin de consolidar el poder, la mayoría de los gobernantes chinos adoptaron el confucianismo como un mecanismo de control sobre sus súbditos, y demostraron una veneración profunda al filósofo, a quien llegaron a convertir en toda una divinidad.

Templo de Confucio en Qufu, Provincia de Shangdong
Panorámica del Templo de Confucio en Qufu, Shandong

En el segundo año después de su muerte, y para rendirle homenaje, el rey de Lu ordenó convertir su antigua residencia, ubicada en la ciudad de Qufu de la provincia de Shandong, en un templo. En el año 195 a.C., el fundador de la dinastía Han, Liu Bang, organizó una imponente ceremonia para ofrecer sacrificios en honor del sabio. A medida que le iban siendo concedidos más títulos honoríficos a Confucio, la escala de su templo en Qufu fue creciendo más y más. Entre las dinastías Han del Este y Qing, la estructura fue objeto de quince renovaciones mayores y menores, hasta llegar a ser un enorme conjunto de edificios. Su estilo y escala llegaron a ser tales que se le podía comparar con los templos imperiales, y se convirtió en un ejemplo único entre las construcciones religiosas del país.

Templo de Confucio en Qufu, Provincia de Shangdong
La Puerta Lingxing del Templo de Confucio en Qufu

El Templo de Confucio en Qufu está compuesto de tres complejos, el templo en sí, la residencia y la tumba. La residencia de Confucio es el conjunto residencial de sus descendientes, y es la vivienda más grande en China, aparte de los palacios de los emperadores Ming y Qing. La tumba, por su parte, está localizada al norte de Qufu, y en ella reposan los restos del pensador y de toda su familia.

La forma y disposición actuales del templo datan de la dinastía Qing, durante el reino del emperador Yongzheng. Su plano es alargado y estrecho, con 600 metros en línea recta en dirección nortesur. De lado a lado tiene 140 metros. El templo tiene en total nueve patios, y su centro es el eje norte-sur. La obra cuenta con alrededor de 400 salones, altares y cámaras, 54 portalones y 13 pabellones de tabletas imperiales. En frente de la entrada hay una pared-biombo que honra el impecable carácter y la sabiduría de Confucio. Después de atravesar los tres primeros patios, todos de tamaños diferentes, se llega a la cámara de Kuiwen, que es la biblioteca.

Detrás de ella hay 13 pabellones, cada uno de los cuales aloja una tableta imperial de piedra. Posteriormente está la Puerta de Dacheng. Junto a ella está un pabellón rectangular llamado el Altar del Albaricoque, que era el atril de la sala de conferencias en la cual Confucio dictaba sus clases.

Templo de Confucio en Qufu, Provincia de Shangdong
El Salón Dacheng del Templo de Confucio en Qufu

Más allá del Altar del Albaricoque está el edificio principal del templo, compuesto por el Salón Dacheng, el Salón Qin y el Salón Shengji. El Salón Dacheng es donde se llevaban a cabo las más majestuosas ceremonias de sacrificio, el Qin contiene el altar de Confucio, y el Shengji sirve de galería para la exhibición de una serie de 120 pinturas sobre la vida e historia del sabio.

Durante los primeros años de la dinastía Tang entró en vigor un sistema de estándares y requerimientos para construir templos de Confucio. Desde entonces, estas edificaciones empezaron a extenderse por todo el territorio nacional.

Con el confucianismo habiendo logrado una posición dominante en la sociedad, y además en reconocimiento a la contribución de Confucio a la educación, todas las academias del país recibieron la orden de construir un templo en su honor dentro de sus predios. El principal uso que se daba a estos recintos era el de servir de escenarios para la práctica de ritos, y, como es lógico, para rendirle homenaje.

Los templos de Confucio en las diferentes localidades siguieron el estilo arquitectónico del de Qufu. El diseño típico era el de un salón de oración en el lado izquierdo y una academia o centro de estudios en el derecho. Todas las características principales de la construcción de Qufu fueron replicadas, con la pared-biombo, las entradas y la plataforma siendo más que obligatorias. De hecho, la única diferencia era el tamaño de las estructuras.

A medida que la deificación de Confucio se iba fortaleciendo a través de la historia, las actividades en su honor fueron creciendo en escala, al punto de que sus templos sobrepasaron en importancia a las academias. Así las cosas, la escuela terminó convirtiéndose en un edificio auxiliar del templo.

El Templo de Confucio en Qufu, así como la infinidad de réplicas construidas en el resto de China, son reconocidos como instrumentos fundamentales en la difusión del confucianismo hacia los países vecinos, como Japón, en muchas de cuyas ciudades también fueron construidas innumerables obras del mismo corte y con idéntico fin.

Detrás de ella hay 13 pabellones, cada uno de los cuales aloja una tableta imperial de piedra. Posteriormente está la Puerta de Dacheng. Junto a ella está un pabellón rectangular llamado el Altar del Albaricoque, que era el atril de la sala de conferencias en la cual Confucio dictaba sus clases.

Más allá del Altar del Albaricoque está el edificio principal del templo, compuesto por el Salón Dacheng, el Salón Qin y el Salón Shengji. El Salón Dacheng es donde se llevaban a cabo las más majestuosas ceremonias de sacrificio, el Qin contiene el altar de Confucio, y el Shengji sirve de galería para la exhibición de una serie de 120 pinturas sobre la vida e historia del sabio.

Durante los primeros años de la dinastía Tang entró en vigor un sistema de estándares y requerimientos para construir templos de Confucio. Desde entonces, estas edificaciones empezaron a extenderse por todo el territorio nacional.

Con el confucianismo habiendo logrado una posición dominante en la sociedad, y además en reconocimiento a la contribución de Confucio a la educación, todas las academias del país recibieron la orden de construir un templo en su honor dentro de sus predios. El principal uso que se daba a estos recintos era el de servir de escenarios para la práctica de ritos, y, como es lógico, para rendirle homenaje.

Los templos de Confucio en las diferentes localidades siguieron el estilo arquitectónico del de Qufu. El diseño típico era el de un salón de oración en el lado izquierdo y una academia o centro de estudios en el derecho. Todas las características principales de la construcción de Qufu fueron replicadas, con la pared-biombo, las entradas y la plataforma siendo más que obligatorias. De hecho, la única diferencia era el tamaño de las estructuras.

A medida que la deificación de Confucio se iba fortaleciendo a través de la historia, las actividades en su honor fueron creciendo en escala, al punto de que sus templos sobrepasaron en importancia a las academias. Así las cosas, la escuela terminó convirtiéndose en un edificio auxiliar del templo.

El Templo de Confucio en Qufu, así como la infinidad de réplicas construidas en el resto de China, son reconocidos como instrumentos fundamentales en la difusión del confucianismo hacia los países vecinos, como Japón, en muchas de cuyas ciudades también fueron construidas innumerables obras del mismo corte y con idéntico fin.

Templo de Confucio en Nanjing
Templo de Confucio en Nanjing

Arquitectura de las academias de enseñanza clásica

La primera academia de enseñanza clásica surgió a mediados de la dinastía Tang. Fueron ciudadanos del común quienes la construyeron, para lo cual hicieron acopio de sus propios fondos. Fundada con base en los sistemas privados de aprendizaje, la academia tenía sus propias clases, colecciones de libros y ritos, lo que compensaba las falencias de la educación oficial.

El rol dominante del aprendizaje de la teoría confuciana se concretó muy temprano en la historia de la China antigua, en tanto que la diseminación del budismo y el taoísmo era mucho más amplia, y por lo tanto permitió un impacto más profundo de éstos en la sociedad. Adicionalmente, ambas religiones fueron cultivadas y explotadas por los gobernantes con propósitos políticos. Por lo tanto, el confucianismo se convirtió en la principal escuela de pensamiento en cuanto al conocimiento intelectual, mientras que el budismo y el taoísmo pasaron a ocupar el nivel de conocimientos complementarios. Esta se convirtió en una de las características típicas de la cultura tradicional china.

Durante la época en que el confucianismo, el budismo y el taoísmo competían por convertirse en la corriente dominante, el confucianismo asimiló las enseñanzas budistas para dar sustancia a sus teorías filosóficas, lo que dio origen al neo-confucianismo. Esto resultó en una interacción mucho más constructiva entre las diferentes escuelas de pensamiento. La academia resultó perfecta para cumplir esa función.

El proceso de desarrollo de las academias durante la dinastía Ming estuvo marcado por muchas altas y bajas. Académicos como Wang Yangmin y Zhan Ruoshui trabajaron activamente para desarrollarlas, llevándolas hacia un periodo de prosperidad. Junto con otras escuelas de pensamiento populares en ese entonces, estos eruditos tomaron parte activa en debates políticos, lo que les significó llegar a ocupar un importante lugar en la historia de China.

Las academias finalmente empezaron a perder fuerza durante las postrimerías de la dinastía Qing. Por último, su labor fue asumida por las autoridades, pero sin duda siempre serán consideradas como las predecesoras de las escuelas de hoy en día.

Las academias de aprendizaje clásico eran lugares de reunión para escolares y literatos, y su establecimiento estuvo a cargo de los académicos más destacados de la época. Ellas, por lo tanto, reflejaban el pensamiento, estilo de vida y gustos estéticos de los intelectuales de la China antigua. El pensamiento tradicional de "cielo y hombre como una entidad" -la relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza- era el nivel más alto que pretendían alcanzar.

Academia de Yuelu, en Changsha, Hunan
Academia de Yuelu, en Changsha, Hunan

A la hora de seleccionar el lugar apropiado para erigir las academias se prestaba particular importancia al entorno natural que les rodearía. Dicho entorno debía ofrecer la posibilidad de realizar modificaciones en toda la estructura de la edificación, con el fin de permitir extensiones en el futuro. Además, debido al hecho de que el neo confucianismo también tomaba en consideración las enseñanzas budistas, las cuales insistían en la importancia de cultivarse a sí mismo y de separarse del mundo material, normalmente las academias eran construidas en lugares tranquilos y rodeados de naturaleza. Sin embargo, su arquitectura estaba sujeta en gran medida a las restricciones impuestas por el pensamiento del sistema ritual tradicional.

El concepto de diseño simétrico y el eje central sobre el cual eran construidos los edificios principales eran cruciales. Dentro del complejo había patios, jardines, corredores y espaciosos salones. Además, los edificios eran construidos de acuerdo con el terreno, reflejando la armonía entre el hombre y la naturaleza. Las salas de conferencias, generalmente entre tres y cinco, eran las estructuras más importantes, y por lo tanto estaban ubicadas a lo largo del eje central. En frente de dichos salones había patios especiales, que ayudaban a dar prominencia al estatus de los edificios principales de la academia y a la vez brindaban espacio para realizar extensiones si llegaba a ser necesario posteriormente.

Biblioteca de la Academia de Yuelu
Biblioteca de la Academia de Yuelu

La biblioteca era otra construcción importante, y era normal que ocupara entre dos y tres niveles. Usualmente estaba localizado en la parte trasera el complejo, rodeada de un ambiente tranquilo. El templo ancestral, que era el salón principal, era el escenario en el cual se consagraba a los profesores y decanos. Algunas academias incluían también un templo para la veneración de Confucio.

Aparte de estos edificios principales, la academia contaba con una pequeña casa-patio, que era la residencia del decano, así como con hospedajes para los estudiantes. En los alrededores eran construidos bellísimos jardines. Más adelante, cuando las autoridades se hicieron cargo de las operaciones de las academias, otros edificios, como salas de supervisión, salas de enseñanza de artes marciales, y salas para la presentación de exámenes, fueron añadidos a los campus.

Los intelectuales de la China antigua estaban en contra de la idea de construir edificaciones extravagantes. Por el contrario, abogaban por la simplicidad. Las academias asimilaron varios estilos arquitectónicos de las regiones en las que fueron construidas, y se apegaron al ideal de la belleza natural. Los edificios debían ser funcionales y facilitar la satisfacción de las necesidades diarias de la gente. Debido a esto, eran estructuras simples y humildes, donde los elementos decorativos brillaban por su ausencia. Esto marcó un fuerte contraste con los estilos de la arquitectura imperial. La característica principal de las academias debía ser, y era, su profunda intención cultural.