Arquitectura Taoísta China

El taoísmo es una religión propia de China, que tiene sus raíces en la brujería, hechicería y misticismo popular que surgieron durante la dinastía Shang. Incluye, además de alquimia, filosofía y varias formas de brujería. Pero sólo fue hasta la dinastía Han del Este cuando el maestro Zhang Daoling desarrolló una escuela de pensamiento conocida como el "Camino del Wudou", estableciendo el taoísmo como una religión basada en las enseñanzas de su fundador, Lao Tse , quien también fue el autor del Tao Te Ching.

En vista de que el taoísmo se originó a partir de las creencias de los campesinos y la gente del común, los primeros lugares en los que se llevaron a cabo rituales relacionados con éste fueron las regiones montañosas. Por lo tanto, las primeras edificaciones taoístas fueron cuevas y residencias ubicadas en las zonas rurales. La religión no era sumamente exigente en lo que tenía que ver con la selección de los lugares y el ambiente para la práctica de los ritos. Todo lo que se necesitaba era estar lejos del bullicio, en aislamiento.

Durante las dinastías Wei y Jin, el taoísmo se apoyó decididamente en el confucianismo y el budismo con el fin de reunir los criterios establecidos por los gobernantes feudales, básicamente que para poder funcionar como religión debía contar con un sistema establecido de ritos y rituales. Esto llevó a que se derivara un nuevo concepto, de acuerdo con el cual cada seguidor del taoísmo debería, fundamentalmente, ser leal, filial y compasivo. Además, debían trabajar en la búsqueda de una fórmula para elaborar píldoras y brebajes para alcanzar la inmortalidad. Así las cosas, el taoísmo era en realidad una manifestación del deseo de los soberanos de controlar el aspecto espiritual de la gente, por lo que era sumamente de su agrado. A partir de allí, el taoísmo empezó a desarrollarse y a difundirse desde las regiones rurales hacia los pueblos y ciudades, con el fin de fusionarse con la autoridad imperial. Los nombres de muchos de los edificios imperiales pronto empezaron a ser utilizados para referirse también a las construcciones taoístas.

Arquitectura Taoísta China
Templo de los Dioses de la Ciudad, en Shanghai.

Desde tiempos de la dinastía Tang, el taoísmo disfrutó de un periodo de supremacía, y llegó a ser comparable en fuerza e influencia al budismo. Durante la dinastía Song era altamente reverenciado, y todos los templos ancestrales de la época eran considerados como templos taoístas. A comienzos de la dinastía Yuan, el maestro taoísta Qiu Chuji se reunió con Gengis Kan y logró su apoyo, con lo que la religión fue elevada a un nivel aún más alto, que llevó al surgimiento de templos prácticamente en todo el territorio nacional. Esta época de grandeza se extendió hasta las dinastías Ming y Qing, pero a partir de allí el taoísmo empezó a decaer.

Por más de 2.000 años, los templos taoístas fueron construidos principalmente en las montañas, una práctica similar a la de los budistas. Pero, en esencia, las dos creencias eran muy diferentes.

En primer lugar, el taoísmo preconiza, se adapta y aboga por un regreso a la naturaleza. Por eso, las construcciones taoístas deben también estar rodeadas de ella, y estar en armonía con ella. A la hora de seleccionar un lugar apropiado para construir un templo, se deben integrar los conceptos del ying, el yang y los Ocho Trigramas. Los taoístas creían que al ubicar los templos en medio de un ambiente natural se podía lograr una relación armoniosa, al unir en un todo único la ciencia, el arte y la naturaleza, lo que a la vez generaba la posibilidad de alcanzar la inmortalidad.

En segundo lugar, para que los sacerdotes taoístas alcanzaran la inmortalidad, debían estar "cerca del cielo", o en todo caso de un lugar que estuviera "fuera de este mundo". En las leyendas, usualmente esos lugares estaban en los mares, las montañas y las cuevas. Por eso, construir un templo en las montañas les permitía a los monjes estar más cerca de esos lugares "no terrenales".

En tercer lugar, con el fin de estudiar y realizar experimentos para encontrar una fórmula que llevara a obtener una píldora que significara la inmortalidad, los taoístas creían que todo lo que se necesitaba era un ambiente tranquilo, libre de distracciones. En el taoísmo esta práctica es sagrada, y no puede violarse. Este concepto también afecta la elección de la localización y el diseño de los templos.

Con el propósito de satisfacer los requisitos del feng shui, algunos templos taoístas fueron erigidos en la cima de montañas famosas. Entre los ejemplos más destacados tenemos el monte Wudang, en Hubei, el monte Qingcheng, en Sichuan, y el monte Laoshan, en Shandong. Puestos en lo más alto de estas elevaciones, los templos taoístas adquirieron la apariencia de imponentes torres.

Una vez el taoísmo fue elevado al nivel de religión oficial, los sacerdotes suspendieron la práctica de realizar los ritos en cuevas y cabanas, y empezaron a tener como sedes cómodos y hermosos templos. No obstante, los materiales de construcción fueron tomados de las áreas locales, y no eran ni extravagantes ni lujosos. Además, en general los diseños retuvieron el sabor simple y rústico de una vivienda.

 Arquitectura Taoísta China
Templo taoísta de Shangqing, en el monte Qingcheng, en Sichuan.

El taoísmo es una religión con múltiples divinidades que combina las sabidurías de Confucio, Buda y Lao Tse. Esta combinación también aplicaba al diseño de los templos. Debido a que las diferentes sectas del taoísmo podían causar confusiones entre las masas, con el fin de facilitar su difusión esta religión tomó prestada la idea de las "Tres Personificaciones de Buda", y formó su propia "Trinidad Taoísta". Esta trinidad estaba compuesta por los dioses más venerados de la creencia. Es por esto que en los templos taoístas, los salones de la Trinidad son los edificios más importantes y prominentes. Las enseñanzas de Confucio también fueron incorporadas en el área de ritos y hechicería del taoísmo, así como los conceptos relacionados con los dioses. Así, los edificios dedicados a la alabanza de los dioses de todos los niveles influenciaron el diseño general de los templos.

El salón principal de un templo taoísta es un clásico edificio imperial. Los taoístas veneran en primer lugar a su fundador, Lao Tse, cuyo altar se ubica en el centro del Salón de la Trinidad. Además, éste y los salones dedicados a otros dioses de alto nivel estaban todos ubicados sobre el eje central del templo.

Hoy en día, todos los templos taoístas existentes datan de la época de las dinastías Ming y Qing. El Palacio de Yongle es el más antiguo del país. Allí se alojan 28 impactantes y exquisitamente talladas estatuas de arcilla que fueron hechas durante la dinastía Yuan. Otras obras taoístas de renombre incluyen las del monte Wudang, en Hubei, y el monte Qingcheng, en Sichuan, cuya magnificencia ha sido reconocida y premiada por la UNESCO, que las incluyó en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad.