Cómo Practicar Kungfu Chino

Las artes marciales de China están divididas en muchas escuelas y categorías, con una infinidad de series de técnicas y habilidades diferentes, pero, como una ciencia, sus reglas para practicarlas son más o menos iguales. De Cómo Practicar Kungfu Chinoacuerdo con la ley normal que rige su práctica, se puede dividir el proceso del adiestramiento en tres etapas, o sea, tres estados, a saber: transformación de la energía en Qi (fuerza visible), transformación del Qi en el ánimo (fuerza oculta) y transformación del ánimo para volver al vacío (fuerza transformada). La transformación de la energía en Qi, que es la etapa primaria, da importancia a los ejercicios básicos para eliminar la fuerza ruda y adquirir la vigorosa. La transformación del Qi en el ánimo, etapa media, pone acento en eliminar la fuerza vigorosa, aumentar poco a poco la fuerza flexible, guiar movimientos mediante pensamiento y reforzar la fuerza interna. La transformación del ánimo para volver al vacío que representa la etapa suprema, tiene como meta hacer que la fuerza adquirida sea la más flexible y la más suave y que todo el cuerpo se maneje con el pensamiento genuino tanto en lo interno como en lo externo, llegando así al estado en que el boxeo y la perfección moral se integren en uno.

Primera Etapa

En la etapa de la transformación de la energía en Qi, los que practican el Kungfu tratan de eliminar paulatinamente toda su fuerza ruda, reemplazándola con la fuerza vigorosa mediante repetidos ejercicios de diversas habilidades básicas.

Las habilidades básicas, avecé del Kungfu, comprenden principalmente ejercicios de postura fija a manera de pilote, los de las piernas, del riñón, de la cintura, de los dedos, de los ojos, etc. Sólo después de dominar estos ejercicios introductivos uno podrá empezar el adiestramiento del boxeo y comenzará la etapa de la transformación de la energía en Qi. La práctica de los ejercicios introductivos no significa más que una preparación para entrar en dicha etapa.

La transformación de la energía en Qi tiene como objeto realizar el "cambio de la fuerza". Toda persona que no haya practicado arte marcial al entablar lucha con el adversario se apoya normalmente en su fuerza natural, o sea, fuerza rígida de su cuerpo, denominada también "fuerza bruta" o "fuerza ruda". Esta fuerza ruda puede ir disminuyendo rápidamente a medida que decae la función fisiológica de una persona y no es la fuerza vigorosa requerida en el Kungfu, siendo ésta última una fuerza que puede desatarse en un instante como estallado, apoyándose en la coordinación de todo el cuerpo, con la cintura como eje y bajo el mando del corazón. Es tan impetuosa, veloz y fuerte como trueno y relámpago repentinos y puede derribar de inmediato a quien haya recibido el golpe.

Esta fuerza estallada se consigue gracias al sacudimiento violento de distintas articulaciones grandes del cuerpo tales como hombro, codo, muñeca, Ilión y rodilla. No importa de cuál articulación proceda, es ésta una fuerza concentrada de todo el cuerpo y requiere la coordinación simultánea de todas las articulaciones, de modo que se desate de una vez y sin estorbo. Cuando el ejercicio de la fuerza visible llega a determinado grado, no será necesario acumular fuerza en gran medida para soltarla, es decir, aún en un espacio sumamente pequeño, con sólo agitar articulaciones se podrá hacer estallar una fuerza bastante fuerte, la llamada "fuerza instantánea".

En la misma etapa es necesario solucionar otro problema: aprender a "descomponer el boxeo", consistente en separar cada una de las habilidades de diversas series de ataque y de defensa del arte marcial para analizar y estudiar su respectivo sentido en el combate real. Saber deshacer el boxeo es la clave para el adiestramiento de diversas habilidades del Kungfu.

Una vez aprendidos los ejercicios básicos y ciertas series de habilidades, dominado el descomponer el boxeo y varias posturas y adquirido suficiente progreso en el manejo de las manos, ojos, cuerpo y los pies, incluida la capacidad de concentrar en dantian (región pubiana) el Qi disperso por todo el cuerpo, ya se podrá eliminar gradualmente la fuerza ruda y aumentar la fuerza vigorosa, y cuando uno logre hacer desaparecer en su totalidad la fuerza ruda, estará rebosante de fuerza vigorosa, tendrá los ojos brillantes que parece que despiden destellos y con el cuerpo y los huesos fortalecidos dejando trascender el poderío, y pasos firmes, lo que demuestra que ha conseguido fuerza visible y cumplido el proceso del cambio de los huesos, llegando al estado de transformación de la energía en Qi.

En general, quien haya superado tal etapa se distingue por una gran robustez, mirada imponente que a veces tira a feroz, temperamento algo fogoso y carente de calma al encontrar problemas y engreimiento de ser hombre experto en arte marcial; pero si sigue profundizando su práctica y esforzándose por avanzar hacia un estado más elevado, semejante temperamento podrá cambiar.

 

Segunda Etapa

La transformación de Qi en el ánimo es la segunda etapa, etapa en que los que practican arte marcial han de cumplir el proceso de "cambio de organismo" y conseguir la fuerza oculta, o sea, fuerza flexible. Pero, cabe indicar que el concepto "fuerza flexible", en los términos de Kungfu, no significa fuerza débil, sino una fuerza especial dotada de notable flexibilidad y resistencia que se interrumpe sólo en la forma pero nunca en la esencia y que continúa sin cesar. La fuerza oculta es una fuerza aliada con la flexibilidad, fuerte pero suave o suave pero fuerte. El proceso de la transformación de Qi en el ánimo, encaminado a eliminar la fuerza vigorosa e incrementar paulatinamente la flexible, es el segundo "cambio de la fuerza" en la práctica de Kungfu.

La clave de este proceso reside en la transformación de Qi. De hecho, ya en la etapa de la transformación de la energía en Qi, los que practican arte marcial deberán haber sabido cómo concentrar en dantian el Qi disperso por diversas partes del cuerpo, solamente que en dicha etapa no llega a hacer circular libremente el Qi genuino por todo el cuerpo.

Después de haber pasado varios años templándose en los ejercicios internos de cultivar el ánimo con tranquilidad y a medida del decaimiento paulatino de la fuerza vigorosa y la desaparición del coraje, y con el crecimiento gradual de la fuerza flexible y la ascensión del vigor esencial, los que logren conseguir la fuerza oculta tendrán, en su mayoría, mente abierta y vitalidad rebosante e irán reduciendo en ellos poco a poco la fuerza inflexible y fortaleciendo la fuerza flexible y se enfrentarán con calma a cualquier problema, en vez de recurrir a la lucha.

Al adquirir esta fuerza gracias a varios años dedicados a ejercicios asiduos, uno llegará a comprender que la ciencia de Kungfu es tan abstrusa que no conviene indagarla a fondo. Por lo tanto, en el trato con los demás será amable, modesto, libre de altanería y de prurito de hacer alarde de su arte marcial y atropellar a otros. Junto con la práctica de ejercicios para "cambio de organismo", uno podrá experimentar ciertos cambios en la forma física y expresión: primero, el cuerpo tiende a adelgazarse y robustecerse; segundo, los pasos serán más ligeros y firmes, y sin indicios de flojedad; tercero, tendrá una vista más brillante y benévola, pero que despide espontáneamente una luz imponente y fulminante como rayo al hacer frente al enemigo, sin mostrar expresión feroz. Una vez llegado a tal grado, logrará acceder al estado de la transformación del Qi en virtud.

Tercera EtapaCómo Practicar Kungfu Chino

La transformación del ánimo para volver al vacío representa la etapa suprema de la práctica de Kungfu y, asimismo, la etapa máxima de los ejercicios benéficos a órganos internos. En esta etapa, uno deberá cumplir los ejercicios para "cambio de médula" y adquirir la fuerza transformada, es decir, la fuerza más suave y flexible que se consigue mediante ejercicios. Por supuesto, al hacer los ejercicios susodichos, no se descartan los de postura y de habilidades en la ofensiva y defensiva de la lucha. Sin embargo, en comparación, estos ejercicios de postura y de habilidades ya quedan relegados en el segundo plano.

Los ejercicios de transformación del ánimo para volver al vacío son ejercicios de nivel alto para el sistema nervioso central del cuerpo humano y su capacidad de reacción. Según la teoría del Qigong tradicional de China, la transformación del ánimo para volver al vacío debe realizarse en dantian superior (región esférica cerca de la gabela), la transformación del Qi en ánimo se hace en dantian intermedio (región esférica detrás de los puntos de la cavidad estomacal y parte inferior esternal) y la transformación de la energía en Qi se cumple en dantian inferior (región esférica profunda debajo del ombligo), y habrá que escalonar el proceso de estas transformaciones partiendo de la región inferior del cuerpo hacia arriba. La clave de la transformación del ánimo para volver al vacío son estos dos puntos: mentalidad abierta y tranquilidad. El primero significa tener una mentalidad tan abierta como un valle y el segundo se refiere a la indiferencia a la fama y lucro. Laozi recomienda: "Alcanza al máximo el vacío y conserva la firmeza de la paz", esto quiere decir: sólo con un ánimo sumamente "vacío" y apacible, uno podrá "retornar a la raíz" y "tener nuevo destino". En lo referente a métodos para cultivar la salud, el taoísmo sostiene: "No conocer ni saber, ni percibir ruido ni olor, esto se llama estado raro y sutil, que es la maravilla misma de la perfección completa, estado en que el hombre comprende todo a fondo y conoce todo lo abstruso al instante." ("Libro de ecuanimidad", Volumen VI, en "Colección de obras taoístas ortodoxas" Tomo XLV), es decir, uno debe permanecer indiferente a toda interferencia externa, no guardar en el corazón ningún rencor para no tener ninguna traba, no oír ningún ruido, ni percibir ningún olor, mantener siempre concentrada toda la atención, no flojear ni estancarse rígido, y así con el tiempo logrará penetrarse del misterio en todo esto.

Todos los que hayan alcanzado este estado tendrán en su mayoría un temperamento abierto y magnánimo, tratarán con la gente con modestia y cortesía y no armarán peleas sin sentido con otros. Sólo el que haya conseguido realmente la fuerza transformada merecerá el título de maestro del Kungfu, pues tendrá modales tan refinados como los de un inmortal o sacerdote taoísta, mirada clara y límpida, semblante afable y benévolo, pasos ligeros y ágiles, e incluso parece que hay por su sobreceja una leve luz roja, fenómeno denominado "punto de luz mágica colgado del entrecejo" o "luz concentrada en la coronilla" según términos del boxeo. Pero, después de todo, no es fácil llegar a tal estado.

Si uno empieza a practicar el arte marcial a los diez años de edad y, además, es perspicaz y con muchos dotes naturales y recibe instrucción de un maestro célebre y en un medio bastante adecuado, y si insiste en practicar los ejercicios correspondientes sin interrupción, necesitará al menos unos 20 años para poder recorrer el largo camino que va de la fuerza visible a la fuerza transformada. Cuando llegue a ser un verdadero maestro del Kungfu, quizás su edad ya sobrepase los 30 años. En realidad, el tiempo dedicado para conseguir dicha meta será probablemente más largo, porque los ejercicios benéficos a órganos internos tienen mucho que ver con la edad, la experiencia de vida y la formación cultural de una persona. En general, uno no podrá comprender la esencia real de este arte hasta llegue a la edad madura, y haya cumplido todo el proceso de sus ejercicios, pasando de lo fácil a lo difícil y de lo superficial y confuso a lo completo y lo profundo. Por lo tanto, los que en efecto han logrado grandes éxitos en la práctica del Kungfu tienen generalmente más de 40 años.