Casas de Piedra del Tíbet

La gente tibetana está principalmente dispersa a lo largo de las regiones de Tíbet, Qinghai, Gansu y el oeste de Sichuan, en el suroeste y noroeste de China.

Con el fin de adaptarse a las condiciones del clima y al medio ambiente de la inhóspita meseta Qinghai-Tíbet, tradicionalmente los tibetanos han construido casas de piedra que semejan fortalezas.

Usualmente, una de estas casas tiene entre tres y cuatro niveles. El primer nivel es donde se mantiene el ganado y se almacena el forraje y todo tipo de artículos utilizados por la familia para subsistir o hacer su vida más cómoda. En el segundo piso están las habitaciones y la cocina. Y en el tercer nivel encontramos la sala de oración.

Casas de Piedra del Tíbet

Ya que el pueblo tibetano es budista, esta sala, donde se recitan las escrituras de esa religión, es una parte muy importante de este tipo de residencias. La razón por la cual está en la parte más alta es que no debe haber otra razón para subir allí diferente de la de orar; nadie puede utilizarla como cuarto de habitación, y nada puede ser guardado allí. El altar es sagrado.

Para crear más espacio en la casa, con frecuencia el segundo nivel es extendido más allá de las paredes ya existentes. Por consiguiente, los anexos resultan en notorios cambios en la parte exterior de la vivienda.

Los colores de la parte principal de las casas son simples, aunque bien combinados. Normalmente, la gente juega con el color natural de los materiales usados en la construcción, como el amarillo del barro, el crema, el beige y el marrón de las piedras, y también el particular tono de la madera. Estos colores sencillos contrastan con los tonos vivos y brillantes utilizados en la parte superior de las paredes y los tejados.

Las paredes son hechas con piedras sin pulir, y tienen varias hileras de ventanas, en forma de trapecio. Vistas en contraste contra el azul del cielo, el tono grisáceo de las nubes, y la resplandeciente blancura de las montañas nevadas, estas coloridas casas de piedra se antojan toscas, pero a la vez dignas y altivas.